domingo, 6 de julio de 2014

A propósito de la reciente visita de Blair a Colombia, un hecho para destacar o un insulto a los colombianos


Con todo y la histeria que despertó el mundial de fútbol, la reciente visita a Colombia del ex primer ministro Británico Tony Blair no paso del todo desapercibida. Por supuesto, los medios serviles del establecimiento no podían dejar de registrar su visita a Cartagena con ocasión de la “cumbre de la tercera vía”, resaltando lo importante que es para el país su visita y lo significativos que son sus “aportes” para el diseño de un nuevo desarrollo económico y el proceso de paz.

Tiene que ser un medio internacional, precisamente del propio país de origen de Blair, el que tenga que contarles a los colombianos quien es realmente este oscuro personaje: un oportunista politiquero que encarna la corrupción y la guerra.

Lean a continuación lo que un columnista del diario británico The Guardian, escribió sobre Blair, precisamente durante los días en que era homenajeado en Colombia por el gobierno de Santos, y por una inmensa mayoría de colombianos.

Tony Blair encarna corrupción y guerra. Debe ser removido

Por Seumas Milne
The Guardian, Wednesday  July 2, 2014

Desde que el primer presidente democráticamente electo de Egipto fue derrocado hace un año mediante un golpe militar, el país ha sido sometido a una represión brutal y prolongada. Más de 2.500 manifestantes - la cifra real es probablemente mucho más alta - han sido asesinados a sangre fría en las calles por las fuerzas de seguridad. Por lo menos 20.000 han sido encarcelados.

Más de 1.000 activistas políticos han sido condenados a muerte. La tortura es rampante, las libertades básicas son suprimidas. Tres periodistas de Al Jazeera fueron encarcelados el mes pasado por "difundir noticias falsas". El golpista egipcio, el general Abdel Fatah al-Sisi, es ahora presidente gracias a un apoyo del 96% en una falsa elección realizada luego de que la Hermandad Musulmana de su predecesor Mohamed Morsi fuera prohibida.

Pero este es el régimen que Tony Blair, enviado de paz para el Medio Oriente por el "Cuarteto" de los EE.UU., la ONU, la UE y Rusia, ha elegido para asesorarlo sobre "reformas económicas", como parte de un programa financiado por los Emiratos Árabes Unidos. El ex primer ministro británico ya había declarado el golpe de estado que derrocó al gobierno legítimamente elegido como el “rescate absolutamente necesario de una nación".

El entonces estrella del Nuevo Partido Laboral está ofreciendo ahora "cualquier ayuda que pueda" con el fin de lograr apoyo financiero internacional para la dictadura egipcia. Obviamente, el hombre cuyas opiniones sobre todo lo que tenga que ver con Europa y el Islam son regularmente solicitados por los medios occidentales, no está en esto por "beneficio personal" ni esta entre sus planes "hacer dinero a costa de Egipto".

Sin embargo, la clave está en las "oportunidades de negocios" a las que sus empleados se han referido en privado, tanto en el Golfo como en Egipto, como abiertas para aquellos que participen en el fortalecimiento del régimen de Sisi. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos están manteniendo a flote a Egipto porque consideran a los Hermanos Musulmanes como una amenaza mortal para la supervivencia de sus autocracias.

El fondo soberano de Abu Dhabi ya le está pagando a Blair más de 1 millón de libras al año. Tal como un cercano ex asociado personal de Blair lo plantea, "se ha logrado un gran trato", que "combina una batalla existencial contra el islamismo y oportunidades de negocios bastante apetitosas a cambio de la promoción persuasiva que le proporcionó a George Bush sobre Irak". De ahí que no seria extraño que Blair este preparando abrir una oficina en los Emiratos Árabes Unidos.

Por supuesto, Blair ha hecho dinero de un sinnúmero de otros regímenes represivos desde que dejo su oficina como primer ministro, desde Kazajstán y Kuwait hasta Colombia -  asi como también con bancos y multinacionales. Su trabajo para Nursultan Nazarbayev, el dictador de Kazajstán, un país rico en petróleo, le permitió ganar 13 millones de dólares, sin importarle que el régimen tomaba medidas represivas contra las libertades civiles.

Pero ser cómplice de Sisi en nombre de los gobernantes del Golfo, quienes de hecho son duramente represivos, rompe nuevos esquemas. El régimen egipcio no es sólo autocrático. Su presidente derrocó, al estilo Pinochet, un gobierno elegido democráticamente, con el consecuente baño de sangre al igual que en Chile.

Egipto también es fundamental en el conflicto del Medio Oriente, y su gobierno es en efecto un aliado de Israel. El conflicto de intereses entre el trabajo de Blair con los dictadores regionales y su papel como enviado de paz para el Medio Oriente - descrito por líderes palestinos como inútil o simplemente de hacer eco de las exigencias de Israel - es tan extremo que raya en lo surrealista.

Blair es el político que encabezó la invasión de Irak sobre la base de afirmaciones completamente falsas a expensas de por lo menos medio millón de muertos, trajo a al-Qaida al país e incubó el virus sectario que hoy lo está despedazando, al tiempo que convivía con la tortura y el secuestro - y es el mismo político que no sólo continúa propugnando por encender en llamas aun mas la región, sino que llama a que el fuego se propague en nuevas guerras e intervenciones.

Hasta el día de hoy Blair defiende la invasión de Irak sobre la base de que por lo menos el dictador Saddam Hussein fue removido del poder, al tiempo que utiliza su fama internacional para promocionarse a sí mismo con otros dictadores y así acumular grandes ganancias que ahora se estiman en alrededor de 20 millones de libras al año.

El apoyo del Occidente a las tiranías árabes fue un factor crucial en el incremento del terrorismo al estilo al-Qaida, y ahora su connivencia con el derrocamiento de un gobierno democrático islamista en Egipto le esta dando una nueva oportunidad de vida en toda la región, incluyendo en Irak.

Respaldado por el eje reaccionario del Golfo - cuya influencia maligna, lubricada con petróleo, se siente en todo el establecimiento británico - Blair es ahora el principal portavoz internacional en la misión de mantener la arrogancia imperial occidental y la supresión de la democracia en el Medio Oriente, todo disfrazado como una lucha contra el islamismo.

Blair también viene a ser el referente de la corrupción en el corazón de la vida pública británica. Lo cual no quiere decir que haya hecho algo ilegal. Y no se trata sólo de sus inmensos  ingresos, las siete casas, el anticipo de 2 millones de euros con JP Morgan o el mercado de influencias y apoyos a gobiernos autoritarios corruptos - todo basado ​​en los contactos que construyó como líder político británico electo.

Blair también jugó un papel crucial en la corrosión de las instituciones públicas en su país, ya que la privatización del Nuevo Partido Laboral y  la sobrecarga de burocracia en la Ciudad aceleró la colonización corporativa del gobierno y las puertas giratorias que ofrecen trabajos muy bien pagos en el sector privado a políticos y funcionarios públicos en las industrias a las que previamente regulaban.

Los conservadores de David Cameron, quienes tienen sus propias relaciones íntimas con las autocracias del Golfo, ahora han llevado ese proceso aún más lejos, su dependencia en los financistas y multimillonarios de la ciudad puso al descubierto un séquito que donó 5 millones de libras al partido en una sola cena de recaudación de fondos el verano pasado.

Pero Tony Blair encarna la puerta giratoria en una escala global. Una vez que los primeros ministros saben que pueden llegar a ser ricos si juegan bien con las compañías y gobiernos, eso se convertirá en un hábito. La "reforma económica" que Blair presionará para Egipto, sin duda, involucrará un tipo de privatización y desregulación que enriquece a sus patrocinadores pero que resulta muy desastroso para el pueblo. El impacto sobre el legado del Nuevo partido Laboral que tanto preocupa a sus aliados no podría ser más claro.

Para el resto de nosotros, el enriquecimiento personal de Blair por su trabajo con las multinacionales y las dictaduras ha degradado la oficina del primer ministro. Para deshacer el daño será necesario un cambio profundo en la dirección política. El propio Blair nunca se librará de las demandas para que sea condenado por crímenes de guerra - incluso si el sistema está fuertemente cargado en su favor.

Pero su continuo papel como enviado de paz para el Medio Oriente es un escándalo y un insulto para los pueblos de la región.  Blair debe ser despojado de cualquier autoridad pública que quede. Su remoción es ahora una necesidad moral y democrática.

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