domingo, 12 de noviembre de 2017

Las crisis sociales y tragedias humanas colombianas que no son las peores pesadillas de Juan Manuel Santos

En su reciente visita a Londres el presidente Santos declaró que su peor pesadilla era la situación de Venezuela. Esa declaración se deriva de su hipótesis de que habrá una "implosión" en Venezuela y de que millones de venezolanos emigraran a Colombia, lo cual generará un problema para el proceso de paz y para la economia del pais en general. Vean no mas a quien, o a quienes, pretende ahora Santos achacarles el fracaso del proceso de paz, o mejor, la conejiada de él al acuerdo de paz con las FARC.

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Cómo fiel títere del gobierno de EEUU, esa implosión que Santos ahora pronostica en Venezuela no es más que parte de la implementación de la guerra mediática contra Venezuela. De hecho, cada vez que Santos se refiere a la situación de Venezuela se despacha con el libreto que desde Washington le han escrito y que de cuando en cuando se lo actualizan. Que Maduro es un dictador; que persigue, asesina a los opositores políticos; que viola los DDHH; que las elecciones para la constituyente y de gobernadores fueron fraudulentas; que los venezolanos se están muriendo de hambre y por eso emigran al país vecino "próspero y en paz" que él gobierna; y ahora en estos días, que habrá una implosión y que el éxodo de millones de venezolanos impedirán implementar, cumplir con el proceso de paz!!!.  Le faltó, u omitió mejor, declarar que frente a ese escenario la única opción que queda para impedir esa implosión, y por ende defender el proceso de paz, es derrocar a Maduro mediante una intervención militar extranjera. 

Las causas de la situación que atraviesa Venezuela son totalmente diferentes a las que Santos y sus patrones de Washington vociferan.  Las razones por las que la mayoría de venezolanos están pasando dificultades económicas, restricciones de acceso a servicios de salud, medicamentos, artículos básicos de la canasta familiar, carestía y otras dificultades sociales, se derivan de la guerra económica y política planeada, financiada y dirigida desde Washington, y ejecutada al interior de Venezuela por sicarios de cuello blanco, traidores, guarimberos, títeres, terroristas políticos fletados; y desde fuera de Venezuela, por gobiernos lacayos de EEUU, como el de Santos, y los de Perú, Chile, Brasil, entre otros, quienes se escudan bajo la Organización de Estados Americanos, OEA, organización hemisférica también al servicio de las mafias de Washington.

Guerra económica cuyo principal objetivo es el derrocamiento del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,  y cuyo único pecado ha sido continuar el legado de Hugo Chavez; esto es, desafiar la dominación, el neocolonialismo ejercido por el imperio gringo y ejercer cabalmente la soberanía de su país. Los efectos de esa guerra económica, por supuesto han sido perjudiciales para los ciudadanos del común Venezolanos: manipulación de la tasa de cambio, alta inflación, y escasez de alimentos y artículos de primera necesidad debido principalmente al acaparamiento y contrabando de productos venezolanos (incluso importados) hacia Colombia, con la complicidad de las autoridades fronterizas colombianas. 

La guerra política contra Venezuela, por su parte, se ha traducido en una campaña propagandística mediática al interior del país y desde afuera (principalmente desde Colombia y EEUU), dirigida a alienar a los venezolanos con poca o nula cultura política para ponerlos en contra del presidente Maduro y empujarlos a apoyar cual borregos hasta las manifestaciones violentas de protesta, en las que incluso esas masas populares son las que han puesto los muertos como resultado de las marimbas, explosiones, incendios y las balas de los sicarios de la mal llamada oposición.  

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Son muchas las tragedias humanas, situaciones de violencia, crisis sociales y miseria que afectan a la inmensa mayoría de Colombianos, esas si reales, consecuencia de la dominación del gobierno de EEUU, su guerra contra las drogas, la guerra contra el enemigo interno, la indolencia, la represión, exclusión y corrupción estatal, pero que no son la peor pesadilla de Santos.

No es la peor pesadilla de Santos, por ejemplo, ver que el proceso de paz se le derrumba a sus pies. Y no es su pesadilla porque por el contrario, lo que le produce es la satisfacción del deber, "misión cumplida". Misión que ha sido encomendada desde Washington y por el establecimiento testaferro Colombiano, pues el único objetivo era desmovilizar y desarmar a la guerrilla de las FARC, para despejar, liberar territorios que serán explotados, saqueados por multinacionales gringas y de otros países neocolonialistas.  Allá la comandancia de las FARC que pecaron de ingenuos y se dejaron embaucar con las "negociaciones de paz" en la Habana, y que ni siquiera se percataron, reaccionaron ante el fraude cuando al inicio de su desmovilización, Santos ni siquiera les cumplió con lo más básico, elemental y fácil: el alistamiento y adecuación de las zonas veredales de transición y normalización; incumplimiento que debió ser motivo suficiente para re considerar la entrega de armas, o al menos, el aplazamiento o revisión del cronograma de entrega.  

Tampoco es pesadilla para Santos el asesinato selectivo y sistemático de líderes sociales, defensores de DDHH, reclamantes de tierras, campesinos cultivadores de coca, líderes locales de Marcha Patriótica y hasta de guerrilleros ya desmovilizados, aún con la cifra escandalosa de más de 130 asesinados sólo en lo corrido de 2017 y luego de la firma del acuerdo de paz. Y cómo va a ser pesadilla para Santos, si según él y sus patrones todos esos viles crímenes están ocurriendo por razones personales.

Tampoco es pesadilla para Santos la tragedia humanitaria que viven las poblaciones de la Guajira y el Chocó, para mencionar sólo dos regiones, en las que miles de niños, principalmente, siguen muriendo de física hambre. Pero claro, esas tragedias que le van a impedir dormir a Santos si se la pasa viajando, ofreciendo el pais en bandeja a los buitres inversionistas extranjeros para que vengan a explotar a los trabajadores; a saquear los recursos naturales, energéticos y agrícolas; a exacerbar la miseria; y a destruir los ecosistemas y las culturas tradicionales. Y para contentar a la galería, tras su visita a Emiratos Arabes, nos dice que una comisión de expertos de esos países vendrá a la Guajira a asesorar y recomendar proyectos de suministro de agua y productivos. 





Las fotos anteriores del niño desnutrido y el pozo seco no fueron tomadas en Africa, tampoco en Venezuela; son fotos, evidencias de la crisis humanitaria que sufren las poblaciones indígenas de la Guajira; reportaje fotográfico publicado recientemente por el portal internacional de noticias y analisis www.politico.eu

No es la peor pesadilla de Santos el saqueo del carbón en el Cerrejón, que además es la principal causa de la crisis humanitaria en esa región debido al secamiento del Río Ranchería cuyo caudal, prácticamente en su totalidad, es desviado para la explotación minera; tampoco es su pesadilla que billones de pesos destinados a proveer una alimentación básica de sobrevivencia y la construcción de pozos de extracción de agua potable se los roben sus funcionarios del Bienestar Familiar y compartidarios del departamento.  Ahora pretende distraernos con el cuento de que los árabes van a convertir a la Guajira en un emirato árabe colombiano. Haganme el favor!!! 
Mucho menos es pesadilla para Santos la corrupción rampante en todos los niveles de su gobierno y del Estado en general.  Pero claro, si él mismo tiene que tapar sus prácticas corruptas como la financiación de sus campañas presidenciales con millonarias coimas pagadas por Odebrecht y las reveladas recientemente en Paradise Papers donde su nombre por su puesto no podía faltar.

Podríamos seguir con una lista muy larga de tragedias humanas y sociales reales las cuales no son la peor pesadilla de Santos; tan larga que corremos el riesgo de terminar escribiendo un libro, por eso finalizamos recordando que a Santos ni siquiera le quita el sueño el programa de gobierno macabro de los falsos positivos, que él como ministro de defensa del narcopresidente Álvaro Uribe ayudó a ejecutar, y que dejó cerca de 5000 humildes e inocentes Colombianos vilmente asesinados y destruida la buena honra de sus familias, crímenes cuya inmensa mayoría aún siguen impunes.

Ironicamente, tal vez lo único que sí se convierta en la peor pesadilla no solo para Santos sino para el establecimiento mafioso y servil que no quiere soltar el testaferrato encomendado por los gringos, sea el partido FARC, si es que no los frenan antes en su intención de conformar una célula de su partido en Venezuela pues de seguir adelante con esa estrategia, corren el riesgo de que la inmensa mayoría de colombianos residentes en ese país voten por los candidatos de ese nuevo partido; lo cual alteraría la composición del nuevo congreso, pues la FARC lograria mas de las 10 curules establecidas en el Acuerdo de Paz (solo los votos en Venezuela les alcanzaría para ganar las 2 curules de colombianos en el exterior para la camara de representantes). Ese escenario no solo es una pesadilla para el régimen y sus patrones extranjeros sino motivo real de pánico, terror.  Veremos si les permiten continuar adelante con esa estrategia; o peor aun, si les permiten participar en las próximas elecciones.

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